viernes, 28 de noviembre de 2008
La felicidad son pétalos de años....
El juego de Adviento
Se atribuye a Johann Hinrich Wichern (1808–1881), teólogo protestante luterano y fundador del orfanato "Raue Haus" en Hamburgo, la creación en 1839 de un elemento hoy en día esencial en los hogares alemanes durante el tiempo de Adviento: la Corona de Adviento. Al acercarse la Navidad, los niños del orfanato "Raue Haus" no dejaban de preguntar ilusionados cuántos días quedaban para Nochebuena. Para que los niños pudieran contar los días, y amenizarles al mismo tiempo la espera, el teólogo construyó una corona especial: sobre una antigua rueda de madera colocó 19 velas rojas pequeñas y 4 velas blancas grandes. Al llegar el Adviento, los niños tenían que encender una vela pequeña cada día y una vela grande los domingos.

De esta idea nació la corona actual de cuatro velas que se van encendiendo consecutivamente los domingos de Adviento. La corona también se adorna con ramas de abeto, incorporando así elementos de costumbres paganas mucho más antiguas, como el verde de las ramas de árbol o la luz de las velas (Mismos elementos del árbol de Navidad). La corona de Adviento se hizo popular a principios del siglo XX y es desde entonces una de las costumbres previas a la Navidad más extendidas en los países de habla alemana.
Este año a Noema le encantaría celebrar los domingos de Adviento con vosotros, encender cada domingo una vela y compartir una historia alrededor de la corona. Para ello ha pensado organizar un juego: el Juego de la Corona de Adviento. Las reglas son muy fáciles:
Siguiendo la tradición, cada domingo de Adviento encenderemos una vela. Al mismo tiempo aparecerá una historia nueva en el blog de Noema sobre la Navidad en Alemania y sobre las costumbres tradicionales y gastronómicas durante esta época. Tras cada historia encontraréis una pregunta relacionada que, con un poco de atención y otro poco de curiosidad, será muy fácil de contestar. Cuando hayamos encendido las cuatro velas de Adviento, y tengamos las cuatro entradas con sus cuatro preguntas, podéis enviarle las respuestas en un correo electrónico. Entre todos los que hayáis contestado correctamente a las cuatro preguntas sorteará un regalo, un pequeño paquete con algunas cosillas ricas típicas de Alemania (y quizás de algún otro sitio, ¡Podéis husmear un poco por el blog Intercultura y Cocina ! . Noema se compromete a enviar a cualquier lugar del mundo (Cualquier lugar ¡que tenga servicio de correo postal!).
Para participar, el único requisito es tener ganas, estar un poco atento/a a las historias de los cuatro domingos de Adviento y enviar un correo electrónico con las respuestas correctas, para ello ¡no hace falta tener un blog! ¿Os apetece?
EN RESUMEN:
Fechas de publicación de las historias y las preguntas:
- PRIMER domingo de Adviento, 30 de noviembre
- SEGUNDO domingo de Adviento, 7 de diciembre
- TERCER domingo de Adviento, 14 de diciembre
- CUARTO domingo de Adviento, 21 de diciembre
Período de envío de respuestas:
Hasta la medianoche del viernes 26 de diciembre de 2008, 12 am (GMT+1)
Por favor, enviad las cuatro respuestas en un sólo correo electrónico a: interculturaycocina@email.de
Las bases de este juego-concurso están guardadas bajo la almohada de Noema asi que ¡Ay de aquel o aquella al que se le ocurra hacer trampa!
jueves, 20 de noviembre de 2008
Dia de los Sin Techo
Porque nacer, vivir y morir en un hogar, nuestro hogar, es un derecho que todo ser humano tiene.
martes, 11 de noviembre de 2008
sábado, 8 de noviembre de 2008
Desafios.
GALA FAO - Tve1

Los minutos más importantes de cada día
Sus labios dibujaron una sonrisa, y en la sonrisa podía verse el alma, el alma guerrera que con heridas se levanta; el alma grata que regala lo que tal vez le hace falta; en la sonrisa el alma, la esencia y la esperanza… allí hay alegría sin motivo, alegría gratis, alegría por arte de magia. No dijo nada, no hizo falta, las palabras sobran cuando se habla con la mirada, simplemente sonrió y para iluminar una vida con eso basta.
Y es que a veces no se necesita nada más que un gesto para ser feliz, a veces lo único que se necesita es tener los ojos bien abiertos para notar lo que se tiene justo al frente; y darse cuenta que hay tantas cosas en la vida que son mero adorno, a veces nos hace falta un pinchazo en los dedos para poder sentir lo que tenemos entre las manos, y notar que hay luz aquí cerca y que se puede ser feliz con tan sólo gestos sinceros y verdaderos.
Las cosas pequeñas son las que más te llenan, las que parecen insignificantes, las que para otros ojos pasarían desapercibidas, pero tú estás aquí, tú las ves y las aprecias y luego forman parte de ti, y ves y sientes que esas cosas suceden muy a menudo en tu vida: un mensaje, una mirada, un apretón de manos, un abrazo, una notita, una palabra, un detalle…
O tal vez estar simplemente ahí, aunque no puedas decir palabra, brindar compañía, regalar un abrazo, devolver la sonrisa, pegar una palmada,… decir “vamos con fuerza!”, ofrecer tu hombro y secar las lágrimas.
Guardar en tu alma aquellas amistades, de esas que aunque se desaparezcan saben mutuamente que están ahí, y que se hacen presentes cuando las necesitas, de esas que al encontarse después de tanto tiempo te das cuenta que siguen siendo los mismos que recordabas, y en algunos casos seguir siendo esos niños que se ríen de las tonterías de la vida. Esas amistades con las que puedes tomarte unas cervezas y hablar tanto de la vida, hasta después no recordar si lo dijiste o lo pensanste.
Y reir, brincar!, bailar, conversar, bromear, hasta que sientas que no puedes más!… hay momentos tristes, es verdad, pero quince minutos de felicidad justifican cualquier día.
Y qué importa donde vivas o qué hagas?, Qué importa si tienes mucho o poco?, Qué importa si hay Sol o Luna llena, si el cielo se nubla o si está lleno de estrellas, Qué importa eso si eres capaz de ver la belleza de lo que te rodea, bien sea un árbol o una acera, Qué importa la edad que tengas y el tiempo que creas que te queda, no puedes dejar pasar un día sin esos quince minutos, no puedes, no es justo!… si uno puede ser feliz ya sea de día o de noche, con lujos o modestias, haga frío o calor: El viento sopla, el agua moja y el corazón ama. Vé y busca tus quince minutos cada día, o tal vez intenta compartirlos con alguien más, puede que estés de suerte y esos quince minutos sean los de ambos.
Extraido de:
"Los minutos más importantes de cada día"
viernes, 7 de noviembre de 2008
"Hoy es primavera y no puedo verla"
Gracias a Camilo he estado curioseando las versiones del correo que me ha mandado (Historia de un letrero)
Y la verdad que hay varias .Esta es una de ellas:
Había una ciega sentada en la calle, con una taza y un pedazo de cartón, escrito con tinta negra, que decía: "Por favor, ayudeme soy ciega."

Un creativo de publicidad que pasaba frente a ella, se detuvo y observó unas pocas monedas en la taza. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó un marcador negro que el llevaba y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies de la ciega y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente la ciega que pedía limosna; su taza estaba llena de billetes y monedas. La ciega reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que reescribió su cartel y sobre todo, qué había escrito. El publicista le contestó: "Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras" . Sonrió y siguió su camino. El nuevo mensaje decía : "Hoy es primavera y no puedo verla"
Para los que , como yo, sintáis debilidad por París seguro que os gusta esta otra presentación...
Camilo , infinitas gracias por despertar mi curiosidad!!!!!!!
Cuando tengas un dia gris....

Cuando sientas que la vida no te recompensa por todas las cosas que has hecho solo mira al cielo y aprecia su inmensa belleza.
Cuando todo te parezca gris y no encuentres como ponerle color a la vida mira los seres que te rodean y piensa en los matices coloridos que te ofrecen.
Cuando sientas que se te viene el mundo encima piensa en las cosas que tienes por hacer, respira profundo y vuélvelo a intentar.
Cuando te sientas solo y sin ánimos, recuerda que hay un amigo que como tu sombra siempre esta ahí, aunque a veces no lo veas.
Y si alguna vez dudas de tu existencia recuerda, que Dios tiene mucho que regalarte y solo tú decides si lo aceptas o no.
Recuerda la vida no te golpea,
¡Solo tú decides si fracasar o ganar!
Gala FAO ¡Mira quién baila! - 2008

Este sábado, nueva edición de la "Gala FAO Mira quién baila" en La 1 de TVE

Además, "Gala FAO Mira quién baila" ofrecerá reportajes acerca de los viajes solidarios que algunos famosos han realizado a distintos proyectos humanitarios que la FAO desarrolla actualmente en todo el mundo, como el realizado por Nani Gaitán y Óscar Higares a Egipto. Los proyectos visitados se realizan gracias a fondos recaudados en galas anteriores o gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
Hay varias maneras de hacer las donaciones:
A través del teléfono gratuito 900 255 255 (+34 900 255 255 para quien llama desde el extranjero, pagando únicamente el coste de establecimiento de llamada)
Por SMS: con el texto FAO al 4004 de Movistar, 5280 de Vodafone o 28050 de Orange
A través de una cuenta de Banesto 0030 1001 3700 0070 0270 o vía internet en www.banesto.es/

El dinero que se recauda en "Gala FAO Mira quién baila" sirve para financiar los microproyectos TeleFood, el nombre de las campañas anuales que recaudan fondos y divulgan la tarea de la FAO contra el hambre. Desde su primera edición se han recaudado más de 25 millones de euros en el mundo, que se han destinado a más de 2.500 proyectos en 130 países.
Este dinero se usa en proyectos para proporcionar medios concretos a familias y a comunidades para producir sus propios alimentos.
martes, 4 de noviembre de 2008
Mariposas.
Espero que todos sus deseos se hagan realidad....
“Soy el mendigo que sólo acepta sueños”

Decía el cartel por el que pasaron Julia y su madre. Había un hombre tirado en la esquina de la calle Mayor con la calle de las Mercedes. La gente pasaba a su lado sin percatarse de su presencia, sin fijarse en esos risueños ojos y esas largas y oscuras barbas teñidas con algunas canas blancas.
- Yo le quiero dejar un sueño - dijo la niña tirando de la mano de su madre.
La mujer se giró aturdida no sabiendo muy bien a qué se refería la pequeña; hasta que advirtió la presencia de aquel sucio mendigo.
- Sueños - bufó - venga cariño, que vamos a llegar tarde donde el abuelo y tenemos prisa - caminó más rápido mientras murmuraba algo sobre pederastas.
Julia se giró y miró al mendigo mientras su madre tiraba de ella. Le regaló una sonrisa. El hombre parpadeó un par de veces y sacó de su manto algo que la niña no pudo ver, su madre la apremiaba y giraron la esquina a la calle de las Mercedes.
La casa de sus abuelos olía a madera, antes solía oler a pasteles, pero desde que su abuelo vivía solo, el dulce olor había desaparecido y sólo la familiaridad de la madera persistía. Solía pasearse por el largo pasillo, rozando con sus pequeñas manos las paredes, hasta que llegaba a un marco, una majestuosa puerta de madera. Respiraba profundamente, haciendo que su eterno recorrido por el pasillo se hiciera más largo. Quería preguntarle algo a su abuelo, pero le daba vergüenza, y quizá miedo. ¿Y si le decía que no?
- Abuelo… ¿Quieres ir a dar un paseo?
El anciano estaba fregando los vasos que su nieta y él habían utilizado para merendar roscos y leche. Se había quedado viudo hacía un par de años y su hija insistía en que la compañía de la pequeña Julia le iba a venir bien, pero era su mujer, y no él quien tenía la paciencia de estar con la niña. Julia tenía los mismos ojos que tuvo su abuela, azules y pequeños, pero vivos. Le encantaba saber y aprender.
- Hace mucho viento - contestó el buen hombre - ¿Seguro que quieres ir a pasear?
- Sí - la niña afirmó con energía - quiero darle un sueño a un mendigo.
Teodoro sonrió, pensando en la imaginación que podía llegar a tener aquella niña.
- Pues espera que me pongo el sombrero, cojo el bastón y vamos. Vete a ponerte la chaqueta, está en el cuarto de invitados.
Julia salió de la cocina y se puso la chaqueta y la bufanda que se había regalado su madre por Navidad. Su abuelo estaba en su cuarto atándose los zapatos, despacio, lentamente y con mucho cuidado. Todo lo hacía así, siempre había sido un hombre muy cuidadoso.
- ¡Vamos! Que quizá para cuando lleguemos ya se ha ido - apremió su nieta.
Teodoro sonrió y cogió su bastón y las llaves que estaban en el pequeño mueble de la entrada. Salieron a la calle y el viento les azotó la cara con fuerza, Julia le dió la mano a su abuelo y lo guió por las calles de la ciudad hacia la calle Mayor y la calle de las Mercedes.
- Cuéntame qué es eso de que le quieres dar un sueño a un mendigo.
- Pues iba con mama hacia tu casa y había un señor sentado en el suelo, que en vez de dinero, pedía sueños. Y yo dinero, sabes que no tengo, pero sueños, tengo un montón, así que he pensado regalarle uno. ¿Quieres darle tú uno también?
- ¿Dónde estaba el mendigo?
- Al lado de la calle Mayor.
Otra ráfaga de viento arremetió con fuerza contra Teodoro y Julia. La calle estaba vacía, un pequeño puñado de personas paseaba rápidamente o se metía en los comercios refugiándose del vendaval. La pequeña apretó la mano de su abuelo y siguió de frente hasta que pudieron ver a unos metros de distancia un hombre sentado en el suelo, quieto, como si nada estuviese molestándolo. Julia se acercó dando pequeños saltos, mientras Teodoro quedaba atrás, no sabiendo muy bien qué pensar de la situación.
- Yo tengo un sueño - dijo la niña al acercarse al mendigo.
El hombre levantó la cabeza, y muy, muy despacio sonrió.
- ¿Cómo te llamas? - su voz era profunda, áspera, como si llevara mucho tiempo sin utilizarla.
- Julia, y éste es mi abuelo, que ha venido conmigo.
Teodoro se posicionó junto a su nieta y miró al joven hombre intrigado.
- ¿Es usted un mendigo?
- Ya ve que sí - sonrió aún más - y son mis primeros clientes en esta ciudad. ¿Así que tienes un sueño para mí?
Aquel mendigo, con mucha delicadeza sacó una pequeña cajita de madera de su manto. Redonda, tallada con distintas formas y adornos.
- Tienes que susurrarle tu sueño a la caja.
- ¿No te lo tengo que decir a ti? - Julia abrió mucho los ojos, sorprendida.
- No.
Julia miró desafiante la pequeña cajita de madera que el mendigo le tendía. Y la cogió entre sus pequeñas manos. ¿Aquella cosa iba a tener que guardar su mayor deseo? La abrió con cuidado, temiendo que se cayera y algún tipo de mágico líquido manchara su bufanda. Pero estaba vacía. Teodoro y el mendigo la miraban. Julia se acercó la cajita de madera a la boca y susurró en pocas palabras su sueño.
A un metro de distancia el abuelo miraba al mendigo de reojo.
- ¿Para qué quiere usted sueños?
- Para sobrevivir.
- Pero… - el hombre se apoyó en su bastón y se pasó la mano por el rostro no sabiendo muy bien qué era todo aquello.
- No necesito dinero para mantenerme vivo, yo lo que quiero saber es que la gente sigue soñando y al parecer, en esta ciudad la única que lo sigue haciendo es su nieta.
Julia cerró la caja y se la tendió al mendigo.
- ¿Tú no quieres probar abuelo?
Teodoro negó, su sueño era inalcanzable, no merecía la pena ni susurrárselo a una vieja caja de madera.
- Venga buen hombre, no pierde nada por mantener el sueño vivo.
Teodoro cogió la caja y la miró durante un buen rato, aquello era tan sumamente ridículo. Pero Julia estaba allí, mirándole, con sus pequeños y vivos ojos azules. ¿Qué le costaba abrirle el corazón a la nada? ¿Quién lo iba a oír?
- ¿Qué vas a hacer con mi sueño? - le preguntó Julia al mendigo.
- Con tu permiso, quiero regalárselo a alguna niña que no tenga ninguno.
- ¿Y si no le gusta?
- Si a ti te gusta, a ella también le gustará - el joven hombre sonrió, iluminando más su cara.
- ¿Y por qué recolectas sueños? - Julia se sentó en el suelo, frente al mendigo. El viento hacía un rato que había parado y su abuelo estaba a dos metros escasos susurrándole a aquella cajita de madera una infinidad de palabras.
- Porque quiero saber que la gente sigue soñando, que sus corazones siguen latiendo por deseos, sueños y ganas de vivir. Necesito saber que siguen sintiendo, que no se han convertido en simples seres pasivos, quiero que me digan que viven, que sobreviven, que necesitan que yo haga mi trabajo para que todo siga siendo como lo era entones. Mi deseo es saber que todos aman y luchan por lo que quieren, porque lo ansían de verdad, que desistir es muy fácil, pero darle la cara al amanecer es mejor.
Julia no entendió las doradas palabras que brotaron de la boca de aquel mendigo a quien nunca volvió a ver. Años más tarde repitiéndoselas antes de dormir consiguió formarlas y aplicarlas a su vida. A veces, cuando gira la esquina de la calle Mayor y la calle de las Mercedes, mira hacia atrás porque cree ver una pequeña caja de madera en la esquina. Pero cuando parpadea nunca hay nadie, nunca hay nada.
Pero… ¿qué le costaba abrirle el corazón a la nada? Ella sabía que había susurrado un sueño en una extraordinaria cajita de madera, y quizá algún día se encontrara con la magia que de ella salió y le empapó el alma.

(scry @ )
Y Tu...¿Que haces cuando sientes que un sueño se está empezando a hacer realidad?
"Sueños que se sueñan para hacerlos realidad"
Soñar para que el alma no muera de hastío
Soñar para que el espíritu humano siga viviendo su sueño eterno envuelto en las sensaciones que provoca el cuerpo humano.
Soñar para que la creatividad siga sembrando la Tierra de sueños, esperanza, alegría y magia.
Soñar para no morirnos de frío cuando el alma ha olvidado su destino y su misión terrenas.
Soñar porque sin el aliento divino dejaríamos de existir y nuestra alma se convertiría en humo.
Soñar para que la genialidad siga trayendo sus hijos al mundo. Soñar para sembrar de vida nuestra existencia mundada haciéndola paraíso de dioses y diosas eternas.
Soñar.
Soñar al alba del destino.
Soñar para recuperar las claves de la divinidad.
Soñar para crear Milagros.
Soñar porque creer en la magia nos salva del olvido.
Soñar para recordar nuestra verdadera identidad.
Soñar sueños de rosas.
Soñar sueños que se convierten en realidad porque la fuerza que los ama les impulsa a traspasar las barreras dimensionales entre las galaxias del pensamiento y de la creación.
Soñar para darle aliento divino a la posibilidad hecha palabra para ser compartida.
Soñar.

lunes, 3 de noviembre de 2008
Me encantan los "ABRAZOS SORPRESA" !!!!!!!!!!!!!!!!
Un abrazo llena mucho más que cualquier cosa, cualquier mirada, cualquier caricia…
El abrazo es una forma de expresar maravillosa y como la risa, deberíamos practicar más. Por nosotros y por los que nos importan.
Hay abrazos que duelen, porque presienten una despedida.
Los hay que embriagan, porque consolidan un encuentro.
Algunos matan, porque son el cierre definitivo de algo.
Otros llenan la cama de ternura.
Los más hechizantes, esos que dejan en la piel del alma un escalofrío que no se fuga, son los que recibes sin haberlos pedido.
Me gustan los besos y los abrazos que no se piden. Nacen del sentimiento de otro. Son espontáneos y sinceros.
Algunos ganarían mucho si en vez de cuchillos sacasen abrazos. Un abrazo sorpresa es el arma más letal para los enemigos, por el desconcierto.
Besos, abrazos y achuchones a todos.
No hay mejor manera de empezar la mañana.
Extraído de:
domingo, 2 de noviembre de 2008
Carta abierta para Carola

"Hay dos formas de vivir tu vida...
Una es pensar que nada es un milagro
Y La otra es pensar que todo es un milagro"

**Por amor a la vida**
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