sábado, 24 de enero de 2009

Encanto de la edad.

Me gusta como soy en la actualidad.
Mujer madura, apasionada e intensa.
Mujer romántica, fuerte y luchadora.
Mujer autentica, fantasiosa y soñadora,
Mujer sin trancas, pudor ni vergüenzas.
Mujer sentimental. Tierna, activa.
Es decir, hoy puedo decir………

Soy una mujer llena de vida.










Tengo cabellos teñidos, para esconder las canas. No recuerdo exactamente en que año comenzaron a salir.


Tengo algunas arrugas alrededor de los ojos, pero tampoco recuerdo cuando comenzaron a aparecer. ¡Tengo tantas novedades en el campo cosmético para disimularlas!.


Cuido mi cuerpo, por orden médica. Tengo que acudir a un gimnasio. El médico dice que a mi edad es preciso hacer ejercicios diarios. Pero, en realidad falto más días que cuantos voy. No me gusta hacer gimnasia.


Cuido mis uñas cada semana. Pienso que son importantes: que las uñas mal cuidadas causan mala impresión.


Hace dos años, descubrí unas cremas fantásticas, que ayudan a restaurar mi cutis.


Soy así: vanidosa, pero sin excesos. Pienso que soy una mujer sensata y madura... En fin, los años pasan, y las marcas que dejan no las sabemos contener.


Cada marca que lleva mi cuerpo tiene una historia distinta. A veces, me pongo frente al espejo, y, al descubrir una nueva arruguita, me pongo a pensar qué fué lo que la causó. Después reencuentro otra que ya estaba hace años, y recuerdo que apareció cuando perdí un gran amor... y así podría contar la historia de cada arruga. Ya hayan sido causadas por hijos, esposo, amigos... están ahí, y no quiero deshacerme de ninguna de ellas.


Actualmente la parte de mi cuerpo que merece más atención, es mi cabeza: intento, a diario, colocarla en su sitio, equilibrarla, y alimentarla con sueños y alegrías.


Cuerpo y mente caminan juntos: si uno estuviese en estado lamentable, el otro se deterioraría también.


No escondo mi edad: aparento cincuenta, y, en realidad, tengo sesenta años. La mitad de ellos bien vividos, y la otra mitad bien sufridos. Y ahí, exactamente, está el encanto de mi edad.


He conocido de todo un poco: lágrimas y sonrisas. Y ambas me han hecho ser quien soy. Quedan arrugas en el rostro y en el alma, así támbien quedan las sonrisas. ¿Pero sabes cuáles son mis arrugas más bonitas? Son las marcas de expresión que adquirí por tener que simular reír mientras mi corazón estaba llorando...


Por eso te digo que todo tiempo tiene su encanto...


¡Vive tu edad en plenitud, y sé feliz siempre!.

1 comentario:

Celeste dijo...

Como me alegran tus palabras.
Demuestran un corazón tranquilo.
Nada fácil en este diario atolondrado y lleno de tensiones.
Muestras la sabiduría propia de las personas que viven para vivir. Con la experiencia bien aprovechada y la casa interior colocada y acogedora con una misma.
Me alegro!
Te dejo mi cariño y respeto.

Los amigos son como las estrellas, no siempre los vemos pero sabemos que siempre estan ahi .