lunes, 14 de abril de 2008

Mar me dijo al oido que....

"La verdadera riqueza la poseemos nosotros mismos solo debemos buscar en las pequeñas cosas, en los pequeños detalles, a veces esa es nuestra riqueza del alma."

"Lo mejor que podemos hacer por otro no es sólo compartir con él nuestras riquezas, sino mostrarle las suyas."




Para muchos es el dinero en grandes cantidades. Se habla del "hombre más rico del mundo" , midiendo el tamaño de su fortuna en millones de dólares. Y se identifica al pobre por que no tiene dinero.


Dentro de esa línea de pensamiento, se considera rico al arquitecto que tiene proyectos que le producen mucho dinero, al ingeniero que desarrolla sistemas muy bien pagados, al abogado que gana muchos casos importantes y al empresario que mantiene su empresa en niveles de ganancia altos y crecientes.


Para otros, sin embargo, la riqueza no se mide por el dinero que se tiene, sino por aquellas cosas que uno no cambiaría por dinero. Para un ciego, por ejemplo, no habría mayor riqueza que la de poder ver la luz del sol; para un sordo, escuchar el sonido del viento; para un preso a perpetuidad, caminar libre por las calles; para un mudo, poder decir a las personas cuánto las ama; para un inválido, caminar en una mañana soleada; para una persona con sida, poder vivir un día más; para una persona sola, amar y ser amada, para alguien que ha perdido todo, sentirse que a alguien le importa.


Muchos tenemos riquezas gigantescas que no apreciamos, y nos engañamos buscando "tesoros" en las cosas que tienen un precio y que el dinero puede comprar.


¿Cuál es tu verdadera riqueza?


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